miércoles, 26 de octubre de 2011

PARTE DEL TRABAJO DE LA CARTELERA DEL 11 DE SEPTIEMBRE

 El Bolsón (MENSAJES PEDAGOGICOS).      Las fechas patrias y nuestros próceres, nos llevan constantemente a la reflexión sobre la verdadera historia de nuestro país, y sobre el accionar y los objetivos que llevaron a cabo la constitución de nuestra Nación.
Sarmiento, el gran maestro, periodista, militar, literato, dueño de un intelecto y una formación de gran importancia, al mismo tiempo que se convertía en referente de la Educación de éste país, fue constituyéndose en el autor intelectual de la llamada “Campaña del desierto”, donde, junto a militares como Julio Argentino Roca, convirtieron lo que ellos llamaron “civilización” en uno de los genocidios más grandes de la historia, exterminando a la gran mayoría de las comunidades de los pueblos originarios de nuestro territorio.
            La gran contradicción de una persona que, al mismo tiempo que concretaba los primeros pasos hacia la educación “común” y laica, destruía todo rastro de la cultura y las formas de educación existentes en Argentina, con el objetivo de imponer las formas de organización social, política y económica que había aprendido de sus viajes a Europa, y que veía como atractivas del modelo capitalista presente en los Estados Unidos. “Pone el acento en el progreso industrial, el avance de las comunicaciones y de la educación” (Biografía por Felipe Pigna).
            Respondiendo a los intereses del sector poderoso de la sociedad al que pertenecía, la escuela “común” y laica propuesta e impulsada por Sarmiento, llevaba a cabo la reproducción de éstos modelos y la eliminación de todo rasgo cultural que vaya en contra de los mismos. Las estructuras arquitectónicas que dieron lugar a las formas edilicias de las escuelas, proponían una suerte de cárceles, donde se aseguraba el “encierro” y la modelación de los sujetos de la educación, facilitando la homogeinización de los beneficiarios de ese modelo educativo.

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